6 de marzo de 2013

Buscando casa.

El 14 de enero lo deje a Martín en su nuevo trabajo, y me aboque a la tarea de buscar casa para alquilar.
Yo había estado buscando en internet algunos avisos y ya tenia contactadas algunas personas para ir a ver casas.

Al igual que en Houston, cada barrio tiene asignada una escuela. Todos los años se realizan evaluaciones "standar" a los alumnos de las escuelas de todo el país y los resultados de esas evaluaciones le da a la escuela una calificación. Mayor puntaje, mejor la escuela. Es así que lo que primero uno busca es una escuela buena y luego una casa en ese barrio. 

Por lo que había leído, preguntado y averiguado, las "buenas zonas" eran Cupertino, Sunnyvale, San Mateo. Claro que así como eran buenas zonas, eran caras también. 

El primer día fue una locura. Me pase manejando haciendo una primera recorrida. Me maree y me perdí mas de una vez. La primera gran diferencia que note con respecto a Houston fueron los tamaños de las casas. Las casas acá son como los perfumes de marca: chico y caro. Nuestro departamento de Houston era mucho mas grande que las casas que se ofrecían y el precio era el doble de lo que estábamos pagando actualmente.

A medida que iba buscando me iba alejando mas hacia el sur. Buscábamos un lugar donde pudiéramos instalarnos, que tuviera buenas escuelas, y la posibilidad de el día de mañana poder comprar algo sin necesidad de irnos muy lejos. 

El segundo día tenia planeado ver tres casas mas.Vi una al mediodía que me gusto. Estaba impecable y lista para mudarse. La escuela era buena, el barrio estaba lindo, pero las habitaciones eran chicas y no aceptaban mascotas (que aunque aun no teníamos, le habíamos prometido un perrito a los chicos). Pero hasta ahora era una primera opción.

A la 1 PM me fui a ver otra que quedaba muy lejos del trabajo de Martín (casi una hora por autopista), en la zona de Almaden. No le tenia mucha fe a la casa, pero no tenia otra cosa que hacer y me fui a verla. A medida que me acercaba a la casa y veía lo lejos que quedaba, yo misma fui descartándola sin haberla visto... pero cuando entre al barrio me quede con la boca abierta.

Un lugar hermoso, con la montaña de fondo y todo lo que una comunidad necesita: la escuela, el supermercado, el correo, el banco, el consultorio medico y el dentista, la biblioteca y por supuesto el Starbucks. Me enamore del lugar. Sentí que entraba en un pueblo con todo lo que podes necesitar al alcance de la mano... claro que faltaba ver la casa.






La casa me desilusiono. El dueño la estaba remodelando. Estaba sucia y por supuesto era chica. Tenia un pequeño patio y jardín, Cocina, comedor, living, dos dormitorios y una habitación extra que podía llegar a convertirse en un tercer dormitorio. Lo que si tenia de bueno era que los dormitorios era enormes. Le agradecí al dueño y me fui.

Lo llame a Martín para contarle de las dos casas que había visto. La primera me había encantado la casa pero no mucho el lugar, y la segunda me había enamorado el lugar pero la casa no. Para resumirles la historia, decidimos alquilar la segunda casa. El lugar daba como para vivir en una carpa si hacia falta hasta encontrar la casa definitiva, así que "para empezar" bien valía la pena darle una chance a la vivienda.  

Casa: Listo

Claro que esta aventura también tiene su lado feo. Los chicos habían quedado en Houston con sus tíos. Martín y yo habíamos salido el viernes en nuestra travesía por las rutas del país, y lunes a la noche, al bajar un poco la excitacion por el viaje, el nuevo trabajo, y la colección fotográfica que me estaba armando, tome conciencia de que mis hijos estaban a casi 3000 km de distancia... y me agarro el bajón. Era la primera vez en mi vida que estaba sin ellos... y no pude parar de llorar. Los siguientes dos días fueron de una angustia tan grande que me dolía el estomago. Un dolor visceral como jamas lo había sentido en mi vida. Yo he extrañado a gente en mi vida. De hecho hace casi tres años que no veo a mis padres. A Martín lo tuve lejos por dos meses y también me deprimí muchisimo. Pero este extrañar "con las tripas" jamas en mi vida lo había sentido. Tenia pasaje para el Jueves a la noche. Lo cambie para el miércoles a la mañana. No podía mas y no iba a aguantar hasta el jueves.

Así fue que con el contrato de alquiler casi firmado, el miércoles a la mañana deje San Francisco para reencontrarme con mis hijos. Y ahí si que comenzaba el verdadero baile...

Próximo capitulo: Mudanza!


6 comentarios:

  1. ¡¡¿Y la foto de la casa?!!
    Teniendo en cuenta que más al sur están las mejores escuelas, más mejores son las escuelas argentinas. Elemental

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya vendran las fotos, vienen cronologicamente. Pensa que para el blog por ahora estoy en un hotel... :)
      y como dice Serrat, "el sur tambien existe" viste? :P

      Eliminar
  2. Que linda experiencia Patri, que lindo tu relato, parece que voamos viendo todo a medida que leemos! Nos alegramos mucho que encontraron ese lugar, los felicitamos. Un beso y a seguir con los exitos!!!!!! Juan y Laura desde Houston.

    ResponderEliminar
  3. ¡¡Hay un padre que no puede con su genio..!! Una vez me dijo una profesora que las mujeres con respecto a los hijos no pensamos con la cabeza, pensamos con la panza. ¡¡Y ES ASÍ..!!
    Besos Mami..

    ResponderEliminar

Comentarios anonimos o con palabras de mal gusto seran borrados.